domingo, 21 de octubre de 2012

América Latina pierde por el calentamiento global

El desafío climático y de desarrollo en América Latina y el Caribe: opciones para un desarrollo resiliente bajo en carbono, titula el informe en el que se explica que los daños se deben a mermas en los rendimientos agrícolas, desaparición de glaciares, inundaciones, sequías y otros eventos provocados por el calentamiento en el planeta.
“Desde una óptica positiva, el costo de las inversiones en la adaptación para enfrentar esos impactos es mucho menor, equivalente a la décima parte del monto de los daños materiales”, indica el estudio preparado por el BID, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
El estudio reitera que se requieren reducciones obligatorias de emisiones de gases de efecto invernadero para evitar algunas de las consecuencias potencialmente catastróficas causadas por el cambio climático a largo plazo. Y estima que los países deberán realizar inversiones anuales adicionales de 110 mil millones de dólares en estas próximas cuatro décadas, para reducir las emisiones de carbono per cápita.
“Muchos cambios climáticos son irreversibles y seguirán afectando a la región en el largo plazo”, manifestó Wálter Vergara, jefe de la División de Cambio Climático y Sostenibilidad del BID e investigador líder del estudio. “La adaptación es necesaria para prevenir más daños, pero no es suficiente. Necesitamos acciones más decididas para doblar la curva de las emisiones en las próximas décadas”, subrayó.
Si bien América Latina y el Caribe producen sólo el 11% de las emisiones causantes del calentamiento global, aseguran que “los países de la región son especialmente vulnerables ante sus efectos, debido a su dependencia económica de exportaciones de recursos naturales, la existencia de una red de infraestructura sensible a los fenómenos climáticos, y a la presencia de áreas bioclimáticas críticas como la Cuenca Amazónica, el bioma coralino del Caribe, los humedales costeros y frágiles ecosistemas montañosos”.
Proyectan que los daños anuales causados por los impactos físicos asociados con un aumento de dos grados centígrados por encima de niveles preindustriales superarían los 100 mil millones de dólares para 2050, lo que equivale al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región a valores actuales.
El reporte también hace referencia a un estudio reciente que estima que la región experimentará pérdidas entre 30 mil millones y 52 mil millones de dólares en sus exportaciones agrícolas, en las próximas cuatro décadas.
“México y Brasil tienen la mayor distribución de tierra apenas por encima del nivel del mar, lo que les hace vulnerables ante el aumento de este nivel. Un aumento de un metro en el nivel del mar puede afectar a 6.700 kilómetros de carreteras además de causar inundaciones extensivas y daño en las zonas costeras. Un 50% de pérdida de los arrecifes coralinos del Caribe, debido al blanqueamiento del coral, podría costar al menos 7.000 millones”.
En el estudio también se señala “que los costos de adaptación constituyen una pequeña fracción de los costos de los impactos materiales, estimados en forma conservadora en 0,2% del PIB de la región a valores actuales. Adicionalmente, acciones de adaptación pueden tener beneficios significativos en materia de desarrollo, desde seguridad alimentaria hasta mejoramiento de la calidad del aire y la reducción de la congestión vehicular, reduciendo el costo neto de estas actividades”.
“Las inversiones en adaptación son efectivas en términos de costos”, expresó Luis Miguel Galindo, jefe de la Unidad de Cambio Climático de la CEPAL. Si bien la adaptación es importante, también son necesarias inversiones para reducir radicalmente las emisiones de carbono proyectadas en la región, hasta niveles acordes con los objetivos de estabilización del clima mundial, se destaca.


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