El desafío climático y de desarrollo en América Latina y
el Caribe: opciones para un desarrollo resiliente bajo en carbono,
titula el informe en el que se explica que los daños se deben a mermas
en los rendimientos agrícolas, desaparición de glaciares, inundaciones,
sequías y otros eventos provocados por el calentamiento en el planeta.
“Desde una óptica positiva, el costo de las inversiones en la
adaptación para enfrentar esos impactos es mucho menor, equivalente a la
décima parte del monto de los daños materiales”, indica el estudio
preparado por el BID, la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus
siglas en inglés).
El estudio reitera que se
requieren reducciones obligatorias de emisiones de gases de efecto
invernadero para evitar algunas de las consecuencias potencialmente
catastróficas causadas por el cambio climático a largo plazo. Y estima
que los países deberán realizar inversiones anuales adicionales de 110
mil millones de dólares en estas próximas cuatro décadas, para reducir
las emisiones de carbono per cápita.
“Muchos cambios
climáticos son irreversibles y seguirán afectando a la región en el
largo plazo”, manifestó Wálter Vergara, jefe de la División de Cambio
Climático y Sostenibilidad del BID e investigador líder del estudio. “La
adaptación es necesaria para prevenir más daños, pero no es suficiente.
Necesitamos acciones más decididas para doblar la curva de las
emisiones en las próximas décadas”, subrayó.
Si bien
América Latina y el Caribe producen sólo el 11% de las emisiones
causantes del calentamiento global, aseguran que “los países de la
región son especialmente vulnerables ante sus efectos, debido a su
dependencia económica de exportaciones de recursos naturales, la
existencia de una red de infraestructura sensible a los fenómenos
climáticos, y a la presencia de áreas bioclimáticas críticas como la
Cuenca Amazónica, el bioma coralino del Caribe, los humedales costeros y
frágiles ecosistemas montañosos”.
Proyectan que los
daños anuales causados por los impactos físicos asociados con un aumento
de dos grados centígrados por encima de niveles preindustriales
superarían los 100 mil millones de dólares para 2050, lo que equivale al
2% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región a valores actuales.
El reporte también hace referencia a un estudio reciente que estima que
la región experimentará pérdidas entre 30 mil millones y 52 mil
millones de dólares en sus exportaciones agrícolas, en las próximas
cuatro décadas.
“México y Brasil tienen la mayor
distribución de tierra apenas por encima del nivel del mar, lo que les
hace vulnerables ante el aumento de este nivel. Un aumento de un metro
en el nivel del mar puede afectar a 6.700 kilómetros de carreteras
además de causar inundaciones extensivas y daño en las zonas costeras.
Un 50% de pérdida de los arrecifes coralinos del Caribe, debido al
blanqueamiento del coral, podría costar al menos 7.000 millones”.
En el estudio también se señala “que los costos de adaptación
constituyen una pequeña fracción de los costos de los impactos
materiales, estimados en forma conservadora en 0,2% del PIB de la región
a valores actuales. Adicionalmente, acciones de adaptación pueden tener
beneficios significativos en materia de desarrollo, desde seguridad
alimentaria hasta mejoramiento de la calidad del aire y la reducción de
la congestión vehicular, reduciendo el costo neto de estas actividades”.
“Las inversiones en adaptación son efectivas en términos de costos”,
expresó Luis Miguel Galindo, jefe de la Unidad de Cambio Climático de la
CEPAL. Si bien la adaptación es importante, también son necesarias
inversiones para reducir radicalmente las emisiones de carbono
proyectadas en la región, hasta niveles acordes con los objetivos de
estabilización del clima mundial, se destaca.
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